martes, 3 de junio de 2014

El machismo: un vicio social difícil de combatir

El filósofo José Luis Pardo escribió hace unos días en El País (sábado, 17 de mayo de 2014, p. 10) un artículo titulado Un vicio difícil de combatir. En él analiza la polémica en torno a los comentarios del candidato popular a las elecciones europeas tras el debate con la candidata socialista.  Miguel Arias Cañete había afirmado que "el debate entre un hombre y una mujer es muy complicado". "Si haces un abuso de superioridad intelectual, parece que eres un machista y estás acorralando a una mujer indefensa", ha subrayado en una entrevista en el programa Espejo Público (Antena 3) en referencia a su participación en el cara a cara de anoche. Frente a esto, José Luis Pardo señala en su artículo:
¿Significa eso que es machista? Él cree que no, porque piensa que el machismo es una doctrina como el cristianismo, o una postura política, como el feminismo, y él no se adhiere a tal cosa. Pero es que el machismo es otra cosa: un vicio social que se contrae en el medio familiar y comunitario, mientras uno aprende a atarse los zapatos o a sonarse las narices; se incorpora a la conducta como un hábito y se experimenta como natural, como pasa con los gustos gastronómicos. Por eso es difícil de combatir. Tiene la forma de un entendimiento tácito e inconfesable entre varones (una forma sutil de homosexualidad, como comprendió Georges Devereux) que excluye —e infama— a las mujeres, y exhala el pegajoso olor a sudor de la camaradería, es decir, de quienes duermen en la misma cámara.
Cuestiones:
- ¿Por qué afirma José Luis Pardo que es un  "vicio difícil de combatir"?
-  Que sea un vicio difícil de combatir no significa que no sea posible y urgente vencerlo ¿Qué medidas crees necesarias para combatir el machismo?

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