viernes, 11 de enero de 2013

Notas para una disertación: la buena vida

Voy a intentar daros alguna ayuda para la disertación sobre "la buena vida" que os propuse.

Savater también intenta dar una respuesta a esta pregunta en su libro Etica para Amador, especialmente en el capítulo 4, titulado precisamente "La buena vida". En capítulos anteriores, si os acordáis, Savater había intentado explicar de qué va la ética y nos había hablado de las órdenes, costumbres y caprichos que guían nuestra conducta. Pero luego nos había explicado que éstas no bastaban, que debíamos hacer uso de la libertad para que nuestra acción fuera realmente moral, y había propuesto solo un precepto como guía de la acción moral: "Haz siempre todo lo que quieras". Y esto podría valer como ejemplo de "buena vida". Pero, y aquí vienen los matices, ¿es lo mismo "hacer lo que quiero" y "hacer lo primero que me venga en gana"? ¿No debemos pensar primero con detenimiento qué es lo que real y libremente queremos, sin coacciones ni rutinas?  
"Si merece la pena interesarse por la ética -afirma Savater- es porque nos gusta la buena vida. Sólo quien ha nacido para esclavo o quien tiene tanto miedo a la muerte que todo le da igual (...) vive de cualquier manera".
Pero, además, "la buena vida humana es buena vida entre seres humanos o de lo contrario puede que sea vida, pero no será ni buena ni humana". Por eso, "darse la buena vida no puede ser algo muy distinto a fin de cuentas de dar la buena vida". 
 Savater nos pone como ejemplo el final de una famosa película, Ciudadano Kane, en la que el protagonista, un multimillonario, muere murmurando una palabra: Rosebud (el nombre escrito en un trineo en el que jugaba cuando era niño, una época sin riquezas, pero donde todavía vivía rodeado de afecto).



Si hacemos un rastreo aleatorio en internet a través de un buscador, encontraremos asociado el término "buena vida" a restaurantes, hoteles, villas de lujo, programas de radio sobre las tendencias en moda, belleza y diseño, o sobre ocio y gastronomía... Esto puede darnos qué pensar.
Si ponemos en el buscador la palabra en francés, la belle vie, encontramos una antigua y muy popular canción de Sacha Distel, compuesta en 1962 y que tuvo un gran éxito. En ella se nos habla de la buena vida como una vida sin amor, sin preocupaciones, sin problemas, libre, entre amigos y noches en blanco que terminan en bellos amaneceres.

La canción cruzó el charco y se convirtió en un gran éxito en E.E.U.U. en la voz del cantante Tony Bennett, bajo el título The Good Life. Aquí la letra cambió un tanto, quizás por el puritanismo dominante en la otra orilla, y hablaba del posible reverso de esa "buena vida", cómo el ideal de la buena vida, de la diversión, puede ocultar la tristeza o el falso amor.

Otra versión más actual, con una letra que identifica la buena vida con el consumismo y la tarjeta de crédito, es la de la chica Disney Hannah Montana, con su tema The Good Life. ¿Os identificáis con esta idea de "buena vida"?

Y para quitarnos el fuerte sabor a azúcar del tema anterior, una versión más pesimista y dura de estos tiempos, la del grupo Three Days Grace.

Siguiendo en este rastreo de la buena vida en la red y en la cultura popular, hemos puesto en el buscador la frase italiana la dolce vita. Y aparece una película italiana de 1960 dirigida por Federico Fellini.
El filme presenta una serie de noches y mañanas a lo largo de la Via Veneto en Roma, vistas desde los ojos de su personaje principal, un reportero de crónicas sociales llamado Marcello (interpretado por Marcello Mastroianni). Marcello es un hombre que no está comprometido con nada, como lo demuestran sus relaciones con su simple y celosa amante Emma (Yvonne Furneaux), con una sofisticada mujer (Anouk Aimée) con la cual tiene una relación temporal, y una espectacular actriz sueca de nombre Silvia (Anita Ekberg) a la cual sigue mientras ésta vaga en Roma (incluyendo la notable escena de su baño nocturno en la Fontana de Trevi) y con una multitud de otros personajes que habitan en Via Veneto. La película fue prohibida en España por la censura debido a que el periódico del Vaticano, L'Osservatore Romano, la calificó de obscena. No se estrenó en España hasta 1980.


Por último, os dejo un tema español de un grupo de mi época de estudiante (años 80). Un tema titulado "Autosuficiente" del grupo Parálisis permanente. Eran tiempos difíciles, como los de ahora. Quizás de ahí esta visión entre estoica, narcisista e individualista de la canción y de la buena vida.


Ánimo y buen trabajo.

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