Un barco lleva una importante carga de un puerto a otro. A medio trayecto, le sorprende una tremenda tempestad. Parece que la única forma de salvar el barco y la tripulación es arrojar por la borda el cargamento, que además de importante es pesado. El capitán del navío se plantea el problema siguiente:El capitán no quiere ninguna de las dos soluciones, pero debe elegir, debe preferir una a la otra.
"¿Debo tirar la mercancía o arriesgarme a capear el temporal con ella en la bodega, esperando que el tiempo mejore o que la nave resista?"
Normalmente no nos encontramos siempre con estos dilemas morales, y muchos de nuestros actos son decididos sin pensar (por la costumbre); en otras ocasiones, actuamos por la presión de los demás, por cumplir las órdenes, hacemos lo que nos dicen que es lo correcto. Órdenes y costumbres vienen de fuera, se imponen sin pedirnos permiso. En cambio, otras veces actuamos por capricho.
Pero, ¿cómo debe actuar nuestro capitán? Las órdenes que ha recibido no le ayudan a resolver el problema (haga lo que haga desobedecerá alguna orden), y la costumbre no le sirve para encontrar una solución (nunca se ha enfrentado a un problema parecido). Actuar por capricho tampoco parece una buena alternativa (sería acusado de irresponsable).
¿Cuál será la mejor solución?