sábado, 25 de junio de 2011

Ética y Publicidad

"La publicidad comercial es incitación a un hedonismo primario, invitación a la irresponsabilidad ecológica y social. Con la invasión publicitaria de los medios de difusión masivos, dejamos que el gran capital se convierta en un acondicionador de la moral colectiva, le conferimos un poder descomunal e inaceptable" (J. Sempere, citado en Riechman, 2009:315).

Vivimos invadidos por la publicidad: llena nuestros buzones, nuestras calles, aparece en nuestra ropa, en internet, en los medios de comunicación de masas... Con el automóvil privado como fetiche supremo. Y normalmente no nos preguntan si deseamos que nos bombardeen con esa omnipresente seducción, la introducen y punto. Me comentaban, por ejemplo, que en EEUU mucha gente intenta no hacer público su número de teléfono para no recibir constantes llamadas de alguien que intenta venderle algo o hacerle cambiar de compañía.
El capitalismo contemporáneo, como señala Reichmann (2009), "necesita consumidores bulímicos, constantemente excitados e insatisfechos, para absorber una producción siempre creciente de bienes y servicios".
Frente a esto deberíamos responder con esa máxima de "De casi todo sobra un tercio", o la que aparecía en la entrada del tempo de Apolo en Delfos: "De nada en demasía".
Deberíamos tener la capacidad de "producir lo necesario, no lo insosteniblemente superfluo. No confundir bienestar con el consumo siempre creciente de bienes y servicios mercantilizados". Deberíamos, señala Reichmann, defender la autocontención y la precaución como principios político-morales, no meramente como una propuesta de moderación individual de consumo, "sino como un proyecto de sociedad,encauzado por poderes políticos":
"No es posible construir una sociedad ecológica sin poner radicalmente en cuestión las estructuras de poder y de propiedad. Ni es posible sin introducir radicales medidas de limitación en el consumo de energía y materiales. Estas son verdades que, en las sociedades del Imperio del Norte, casi nadie quiere oír".
Algunas culturas no sólo miran al pasado sino que viven, se organizan y producen pensando en las generaciones futuras. En la nuestra, la máxima es "vivir el presente", y detrás de nosotros..., el diluvio.
Frente a la idea de no aburrirse nunca y consumir intensamente, es necesaria, urgente, "otra manera de estar en el mundo, definida por cinco adjetivos: ligero, lento, cerca, silencioso y solar".
Para ello deberíamos solucionar el problema de Pascal, que da título al libro que comentamos de J. Riechmann: "He descubierto que toda la desdicha de los hombres proviene de no saber permanecer en reposo, dentro de una habitación" (Pascal, Pensamientos).

La actual crisis ecológico-social no se resuelve a través del prometeísmo tecnocientífico que nos hace creer que podemos sobrepasar todos los límites. El petróleo barato que ha estructurado nuestra actual sociedad y economía ha conducido a un modelo de producción y consumo insostenible, y no tiene recambio sostenible, por mucho que nos anuncien nuevos avances tecnológicos.
Contra la crisis ecológica no vale el marketing verde: "la solución no son coches ecológicos, son menos coches, y si no logramos muchos menos coches, no hay solución".
Pero, como plantea Riechmann desde su "pesimismo activo", "¿cómo obtener apoyo para un programa que plantea formas de vida más austeras?",¿cómo superar esa inercia o pereza mental que defiende que cambiar el actual modelo económico es imposible, cuando ya ha cambiado muchas veces a lo largo de la historia, incluso la más reciente?
Deberíamos atender más a las criticas de la ecología política actual y a las tradiciones más cooperativistas y asociativas del movimiento obrero. Y deberíamos hacerlo ya.
Las citas utilizadas pertenecen al libro de J. Riechmann, La Habitación de Pascal, La Catarata, Madrid, 2009.


Consume hasta morir. Proyecto contrapublicitario de Ecologistas en Acción:
“ConsumeHastaMorir es una reflexión sobre la sociedad de consumo en la que vivimos, utilizando uno de sus propios instrumentos, la publicidad, para mostrar hasta qué punto se puede morir consumiendo. Este proyecto nace en Madrid en el año 2002, dentro de la asociación Ecologistas en Acción, confederación de ámbito estatal fruto de la unificación, en 1998, de más de 300 grupos ecologistas. Desde entonces, mantenemos el sitio web consumehastamorir.com, elaboramos contrapublicidad gráfica y audiovisual, escribimos textos, impartimos talleres o participamos en procesos de creación colectiva junto a otros colectivos sociales.

El BLF, Reclaim the Streets, Adbusters, The Yes men, Cassers de Pub o Yomango son proyectos que, desde distintos puntos del planeta, confluyen en la crítica al papel ideológico de la publicidad, pero a la vez mantienen un compromiso con la experimentación lingüística y la provocación expresiva. Son proyectos que discuten abiertamente con el monólogo de las vallas comerciales, la publicidad de los hipermercados o los medios de masas; apropiándose, como hiciera el arte pop, del lenguaje que se escucha en las ciudades, en la televisión, en los spots. Y sin embargo, toda esa dimensión lingüística de nada sirve sin el sustento de una crítica bien fundamentada a la injusta distribución de los recursos del planeta y a la espiral consumista que la mantiene. Justamente no es casual que, a la vez que el movimiento contrapublicitario tomaba cuerpo, lo hacía también un heterogéneo movimiento de respuesta a ese modelo de sobreproducción y sobreconsumo: las asociaciones en defensa de los derechos de los consumidores, el movimiento por la agricultura ecológica y la soberanía alimentaria y, finalmente, las redes de comercio justo y consumo alternativo, nacían en muchos casos de otros movimientos sociales, pero centraban su lucha alrededor de un nuevo sujeto social, el consumidor”.

Otros enlaces en http://www.letra.org/consumehastamorir/php/enlaces/

También puedes consultar la Revista Opcions, del Centre de Recerca i informació en Consum.
A continuación puedes ver un fragmento de un interesante documental sobre la manipulación publicitaria sobre la infancia (Documanía):

No hay comentarios:

Publicar un comentario